Mónica D. y Rebeca A. son dos jóvenes de 17 años, que residen en Santa Ana. Ambas forman parte de la Red Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes de El Salvador (RENAES); la primera desde 2017 y la segunda a partir de 2018. 

Cuentan que solían ser muy tímidas, pero ahora, tras su experiencia en la entidad, se han vuelto más seguras de sí mismas y son respetadas en su entorno. “En mi comunidad, me ven como una niña líder, empoderada para ayudar a las demás personas. Hay niñas que me han dicho que me admiran mucho. Yo les digo que tanto como yo pude, pueden más ellas. Incluso, yo me admiro lo que he logrado, porque nunca me lo imaginé”, indicó Rebeca.

La REDNNYAS es una red de niños, niñas y adolescentes (NNA) organizados que provienen de distintos países de América Latina, quienes, como sujetos de derecho, aportan protagónicamente desde instancias representativas y participativas, sus experiencias y capacidades para el reconocimiento, cumplimiento y monitoreo de los derechos humanos de la niñez y adolescencia.

Rebeca destaca, no solo la transformación a nivel personal que ha logrado, sino cómo esto influye en su entorno: “Creo que he tenido un cambio en mi comunidad. Por ejemplo, con réplicas con los niños y niñas de mi comunidad sobre participación y migración, sistema nacional; y he participado en foros”.

La REDNNYAS representa una experiencia única que refleja un trabajo conjunto entre las redes de NNA y las redes de personas adultas; esta particularidad ha ido definiendo el trabajo y a su vez el enfoque. Las redes con las cuales se articulan a escala local y regional han desarrollado un trabajo de monitoreo de actividad de derechos y de incidencia y, además, se ha acompañado y fortalecido a los NNA en el ejercicio de sus derechos.

Mónica comenta uno de los aprendizajes que ha adquirido en su participación en RENAES y cómo esto le ha cambiado su forma de ver la vida e influir en otros NNA. “Nosotros tenemos conocimiento de migración, de la LEPINA. Nos quedamos con eso y se hace parte de nosotros. Y cuando conocemos a alguien, de una u otra manera, le compartimos”, planteó.

Como parte de la experiencia que han ganado estas niñas en la red figuran los viajes e intercambios con otros NNA. Esto les abre el pensamiento y les da la oportunidad de ser personas activas en sus comunidades para transformar las realidades que les toca vivir. Rebeca pudo viajar a Panamá en 2019; mientras que Mónica visitó Colombia el mismo año. Esas salidas les permitieron interactuar con gente de otras naciones, lo que ha sido enriquecedor para las santanecas. “Me hizo ver más allá de mi mundo. Allá, conocí a niños y niñas de otros países y uno se da cuenta de que, a pesar de ser tan distantes, somos iguales, a veces en formas de comportarnos. Y creo que es gratificante saber que estás haciendo algo para el bien de los niños, niñas y adolescentes”, señaló Mónica.        

Para Rebeca, que existan entidades como la REDNNYAS es necesario: “Creo que es importante, ya que va nuestro liderazgo también y somos los representantes de muchos niños y niñas; también somos las voces de muchos niños, niñas y adolescentes”. “También es importante porque podemos visibilizar la realidad de la niñez y la adolescencia desde un punto más joven, más personal, porque nosotros estamos viviendo todo lo referente a esos temas”, concluyó Mónica.